viernes, 31 de marzo de 2017

LA CADENA TRANSPORTADORA DE ELECTRONES Y LA FOSFORILACIÓN OXIDATIVA


LA CADENA TRANSPORTADORA DE ELECTRONES Y LA FOSFORILACIÓN OXIDATIVA


Protones, electrones y oxidación-reducción

Protones, electrones y oxidación-reducción Los seres vivos consumen oxígeno y producen dióxido de carbono como parte de su metabolismo celular. Este hecho, que había demostrado Lavoisier, junto con el desarrollo de la enzimología a principios del siglo XX que demostró que las oxidaciones biológicas eran catalizadas mediante enzimas in- tracelulares, permitió descubrir que estas reacciones de transferencia electrónica aprovechan la energía libre producida para obtener energía química en forma de ATP, siendo estas reacciones la base de la obtención de energía a nivel celular.
En los sistemas vivos, los electrones involucrados en las oxidaciones celulares no pasan directamente al oxígeno, sino que se transfieren a través de diversas vías con múltiples etapas. Los electrones de las oxidaciones se emplean en una primera etapa para reducir el NAD+ y FAD a NADH + H+ y FADH2, respectivamente. Los electrones fijados en estas coenzimas pasan entonces a la cadena transportadora de electrones, gracias a la reoxidación mitocondrial del NADH + H+ y del FADH2 a NAD+ y FAD respectivamente. Los electrones sufren un proceso de oxidación-reducción secuencial a través de determinados centros rédox (complejos mitocondriales) para finalmente reducir el oxígeno a agua. Este proceso, por el cual se transfieren los electrones desde las biomoléculas del alimento hasta el oxígeno, suele denominarse respiración aerobia o respiración celular. En este proceso, una serie de protones se transfieren desde la matriz mitocondrial hacia el espacio inter- membrana de la mitocondria, de modo que se crea un gradiente de protones (gradiente electroquímico). Este gradiente resultante sirve para impulsar la síntesis de ATP, a partir de ADP y P¡, a través de la llamada fosforilación oxidativa.
La respiración celular (cadena transportadora de electrones) y la fosforilación oxidativa tienen lugar en las mitocondrias de los eucariotas, cuya membrana interna es impermeable a la mayoría de las pequeñas moléculas e iones, incluyendo los protones. En los procariotas, que carecen de mitocondrias, pueden realizar la respiración celular gracias a las proteínas de la cadena de transporte electrónico que se encuentran en la membrana plasmática.
Complejos y transporte electrónico
La mayoría de los electrones que se van a utilizar en la cadena transportadora de electrones provienen de la acción de las deshidrogenasas, que recogen los electrones de los distintos procesos catabólicos y los canalizan hacia los aceptores universales de electrones (principalmente NAD+ y FAD). Entonces los electrones fijados por estas coenzimas se transfieren a una serie de transportadores asociados a la membrana interna de la mitocondria conocidos como complejos (1). Estos complejos transportadores de electrones son de naturaleza proteica y poseen diversos grupos prostéticos capaces de aceptar y de donar electrones (2). En la cadena respiratoria intervienen tres tipos de moléculas capaces de transferir electrones. La ubiquinona o coenzima Q (una quinona hidrofóbica), los citocromos (proteínas que tienen como grupos prostéticos grupos hemo con hierro) y las proteínas con agrupaciones sulfo-férricas (centros Fe-S). El tránsito de electrones a través de los complejos se produce en orden creciente de afinidad electrónica, transfiriendo los electrones desde las coenzimas reducidas hasta el oxígeno, aceptor final de los electrones. Los complejos implicados en la transferencia de electrones son:
• El complejo I, también llamado NADH-ubiquinona oxidorreductasa o NADH deshidrogenasa, que transporta los electrones del NADH a la ubiquinona.
• El complejo II es la succinato deshidrogenasa, única enzima del ciclo de Krebs unida a membrana, que pasa los electrones del FADH2 a la ubiquinona.
 • El complejo III, también llamado citocromo bcj o complejo ubiquinona- citocromo c oxidorreductasa, que acopla la transferencia de electrones desde la ubiquinona al citocromo c.
• El complejo IV, también llamado citocromo c oxidasa, es la última etapa de la cadena de transporte electrónico de la respiración y conduce a los electrones desde el citocromo c hasta el último aceptor de los electrones, el oxígeno, que se reduce a agua.
Los electrones del NADH + H+ se transportan al complejo I, y allí son aceptados por el nucleótido de flavina FMN; posteriormente se transfieren a una serie de centros Fe-S, que, finalmente, trasladan los electrones a la ubiquinona. El paso de los dos electrones del NADH + H+ por el complejo I permite el tránsito de un total de cuatro protones al espacio intermembrana. La ubiquinona reducida difunde libremente por la membrana transportando los electrones hasta el complejo III; en este complejo los electrones se transfieren de uno en uno a través de un proceso complejo de varios pasos. El hecho de que los electrones pasen individualmente hace que se genere ubisemiquinona (molécula de ubiquinona reducida por un solo electrón) que, gracias a los citocromos b del complejo II, se reduce nuevamente y cede el segundo electrón. Al final, los dos electrones son cedidos a dos citocromos c (cada citocromo c transporta un electrón): durante este proceso se logran transportar otros cuatro protones al espacio inter- membrana. Los citocromos c se encargan de transferir los electrones desde el complejo III al complejo IV. Dicho complejo IV es el responsable de reducir una molécula de oxigeno a agua, proceso para el cual necesita cuatro electrones y en el que es importante la presencia de varios citocromos a y de dos átomos de cobre que colaboran en la reducción de la molécula de oxigeno. El citocromo IV, al transferir los cuatro electrones al oxígeno, logra transportar cuatro protones hacia el espacio intermembrana; si bien, como el NADH + H+ cedió solo dos electrones por cada molécula, el complejo IV únicamente transfiere dos protones, lo cual supone un total de diez protones por molécula de NADH + H+ reoxidada a NAD+. La principal fuente de NADH + H+ son los diversos pasos del ciclo de Krebs estudiados en el apartado anterior.
 Los electrones de las moléculas de FADH2 entran en la cadena transportadora de electrones a través del complejo II (complejo succinato deshidrogenasa del ciclo de Krebs) que transfiere los electrones a la ubiquinona. Otras enzimas como la acil CoA deshidrogenasa también transfieren los electrones del FADH2 a la ubiquinona, aunque estos procesos no logran trasladar ningún protón al espacio intermembrana. A partir de la ubiquinona, los electrones del FADH2 siguen el mismo camino que los electrones del NADH + H+, siendo transferidos al complejo III, al citocromo c, al complejo IV y, finalmente, cedidos al oxígeno formándose agua. El trasiego de los electrones procedentes del FADH2 permite el paso de un total de seis protones por molécula al espacio intermembrana. La utilización de la cadena transportadora de electrones y del oxígeno implica una serie de riesgos para la célula; estos riesgos son consecuencia de la capacidad oxidante del oxígeno y de la formación de radicales libres que pueden originar daño oxidativo a las biomoléculas 



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